Analizando la educación virtual, la importancia en el mundo actual, se hace necesario reflexionar sobre los roles de los actores puesto que cambian significativamente:
Rol del docente
La idea en cuanto la tecnología desplaza a los docentes está superada y contrario, cada vez resulta más claro que la utilización de las TIC depende en gran medida de la actitud del docente hacia las mismas, de su creatividad y sobre todo de su formación, tecnológica y pedagógica, lo cual le debe hacer sentirse bien enseñando a unos estudiantes que casi siempre se manejan en el ciberespacio con más soltura que él. El papel del maestro no sólo no pierde importancia sino que se amplía y se hace imprescindible. Según un estudio experimental[1] que analiza las actitudes de los docentes de Educación Infantil y Primaria hacia las TIC, prácticamente la mayoría de los docentes se muestra favorable a las TIC y opina que su uso acabará generalizándose entre los profesores. Dicha predisposición implica que comprenden la aportación de las TIC a la mejora de la enseñanza. Sin embargo, un estudio de la OCDE indica que la mayoría de los profesores de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)[2] tiene más de 40 años y por ello la integración de las TIC en el aula va a suponer un proceso bastante largo, porque los docentes deben adquirir la formación necesaria para adaptarse a las nuevas herramientas. Esta idea está muy ligada a la necesidad que tiene el docente de formarse continuamente o de forma permanente, como única vía para poder enfrentarse a las repercusiones educativas de las innovaciones tecnológicas. En este sentido adquieren mucho valor para el profesor, capacitarse continuamente y realizar trabajos de investigación, a la vez tener en cuenta los nuevos canales de comunicación que le permiten relacionarse con colegas, quienes pueden ser del mismo colegio, ciudad, departamento o incluso del extranjero, con los que puede compartir sus experiencias, sus problemas y sobre todo “estar al día”.
Rol del educando
Las TIC también cambian la posición del estudiante para enfrentarse, de la mano del profesor, a una nueva forma de aprender, al uso de nuevos métodos y técnicas. De la misma forma tanto los profesores, como los alumnos deben adaptarse a una nueva forma de entender la enseñanza y el aprendizaje. El educando, desde una posición más crítica y autónoma, ya sea de forma individual o en grupo, debe aprender a buscar la información, a procesarla, es decir, seleccionarla, evaluarla y convertirla, en última instancia, en conocimiento. La capacidad del maestro va a ser determinante a la hora de enseñar a los estudiantes con el ánimo de aprovechar las primacías de las nuevas herramientas. Algunas ventajas favorecedoras del aprendizaje:
• Aumento del interés por la materia estudiada.
• Mejora la capacidad para resolver problemas.
• Los estudiantes aprenden a trabajar en equipo y a comunicar sus ideas.
• Los escolares adquieren mayor confianza en sí mismos.
• Los discípulos incrementan su creatividad e imaginación.
Estas ventajas no tienen por qué afectar de la misma manera a todos los alumnos. Se ha demostrado que el aprendizaje con TIC es muy beneficioso para los estudiantes poco motivados o con habilidades bajas y medias. Con estos escolares se han conseguido muchos logros, no sólo de resultados educativos sino también de integración escolar, ya que la flexibilidad de la nueva pedagogía permite adaptarse a la capacidad y al ritmo de aprendizaje de cada uno.
Cambios en los contenidos didácticos
Frente a los tradicionales libros, vídeos y juegos, los nuevos contenidos educativos creados con recursos tecnológicos, permiten presentar la información de otra forma. Los contenidos se hacen más dinámicos (interactividad) más atractivos (presentación simultánea de texto, sonidos e imágenes) y más variados. Estas nuevas manifestaciones pueden facilitar el aprendizaje y permitir mejoras cognitivas sobre todo de los alumnos con difi- cultades, al aplicar metodologías más activas y menos expositivas.
Las TIC han consentido a los docentes y estudiantes ser productores de los contenidos educativos, trabajando individualmente o en equipo, en otras ocasiones adaptar contenidos curriculares de acuerdo con los contextos y los intereses de la población infantil o juvenil. En este sentido, cabe decir que los materiales didácticos se han multiplicado, sobre todo por la tendencia de la convivencia de los materiales tradicionales con los nuevos. Sin embargo, la creación de contenidos no es tan sencilla como transponer un libro a una pantalla, pues la dificultad radica en ofrecer algún valor añadido, como la posibilidad de interactuar o presentar simulaciones o realidad virtual e incluso adaptaciones de los materiales a las características nacionales, regionales o locales. Por otra parte, los nuevos contenidos resultan más adaptables y se modifican con mayor facilidad. Lo esencial es contar con la oportunidad de generar contenidos educativos de acuerdo con los intereses, las necesidades o las particularidades de los estudiantes y de su contexto educativo.
[1] Francisco García González, Estudio experimental sobre las actitudes de los docentes hacia las Tecnologías de la Información y la Comunicación. C.P. San Pablo. Albacete.
[2] OCDE 2001 Les Nouvelles technologies a l’ecole: apprendre à changer. más claro que la utilización de las TIC depende en gran medida
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